viernes, 29 de abril de 2011

Etapa 03. 05-11-2010 Los Arcos - Logroño

Otra noche terrible. Está creo que la peor. Me fui a dormir tiritando de frio. Vestido y tapado con una manta que me dejaron en el albergue. Como añore mi saco. Pero eso era a las 23:00 porque mas tarde, a las dos y pico, me desperté sudando. Totalmente empapado. Tuve que quitarme la manta. Pero seguía igual. Al final termine en ropa interior y seguía sudando y sin dormir. Mirando el reloj y viendo pasar las horas. No sé cuanto dormí en total pero muy poco y mal.

Por la mañana en el desayuno no tenía voz. Me han dicho que me quedara un día en el albergue,  descansando. Pero he decidido seguir hasta Logroño. Si allí no me encuentro algo mejor y conociendo mis reacciones a la fiebre (no me llevo bien con ella, me han dado ya algunas lipotimias cuando la fiebre me sube y eso, solo, encima de una bici no es aconsejable) mejor retirarse.

Monto la bici y emprendo de nuevo la marcha. Son las 9:05. Tranquilo y suave. El terreno es bastante llano y ayuda a coger un buen ritmo, aunque sin forzar. Esta mañana sí que me encuentro con muchos peregrinos a pie. Incluso una que me llamo mucho la atención por lo lenta que iba: caminaba descalza. Eso es algo que no entenderé nunca. Pero allá cada uno con sus creencias y convicciones. Yo no estoy para según qué sufrimientos.


 Por el camino encontré una zona  llena de montones de piedras hechos por los peregrinos. Pensé que si no iba a llegar a Santiago aquel era un buen lugar para dejar las piedras que había preparado para dejar en la Cruz de Ferro. Para variar no las encuentro, se ve que no era su destino quedarse ahí.

Llego a Torres del Rio. Empiezan las rampas para subir a la ermita del Poio y me encuentro algo que no me gustó nada. Los arboles estaban llenos de hojas verdes. Vale, eso sería lo mas normal del mundo si no hubieran sido folios verdes con publicidad de un albergue.



Negocio en el camino. En fin.

 Desde la ermita sube y baja hasta Logroño. Por el camino hice un alto para comer algo junto a 3 peregrinos que me pidieron que les hiciera una foto. Supongo que me vieron mala cara porque sin decirles nada me preguntaron si me encontraba bien. Incluso me ofrecieron un analgésico. Buena gente tiene el camino, la verdad.

Llegando a Logroño paso junto a la casa de Felisa y paro a que me ponga su cuño. Al menos una de las cosas que me hacía ilusión la habré cumplido. Hablando con la hija de Felisa, que es la que lleva ahora el lugar, me dice que dos chicos de Ibiza acababan de pasar hacia unos 15 o 20 minutos y que el día antes había pasado un grupo de mallorquines, probablemente mis paisanos.  Por lo que me cuenta mi ritmo deduzco que mi ritmo no es malo pues mantengo la distancia con ellos. De hecho las piernas me responden,  pero mi cuello esta en carne viva y el pronóstico del tiempo para los próximos días es de lluvia y tormenta. De hecho el tiempo hoy ya no es de sol como los dos primeros días. Hoy está nublado y ya hay algo de viento. La hija de Felisa también me recomienda que me tome un día de descanso y me recomienda un albergue nuevo que han abierto hace poco y me da una hoja verde con la dirección. Exacto, los de los folios en los arboles. Allí seguro que no paro. 

Entro en Logroño sobre las 12 poco más o menos. Creo que la decisión está tomada. No he venido a sufrir como la chica que iba descalza en la salida de Los Arcos. El Camino seguirá ahí más adelante y ya habrá más oportunidades. Paso por delante de la tienda de Vini, Vidi, Bici. Me acerco y les pido por la oficina de SEUR más cercana. Muy amables y simpáticos la verdad. Llego al polígono y tras dar algunas vueltas localizo SEUR, empaqueto la bici y la mando para casa. Yo pillo un taxi y me voy a un hotel a ducharme, a comer y a ver como organizo el regreso.


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